No me lo podía creer. ¡¡Estaba de puente!! Sí, el puente del Día de Andalucía... ¡Que ganas tenía de que llegara! Llevabamos desde principios de año planeando lo que ibamos a hacer estos días; irnos a Málaga, a disfrutar del buen tiempo que hacía.
Eran las 5:30H de la mañana, ni siquiera era de día pero teníamos que salir ya con el coche si no queríamos pillar atascos. Pese a ser muy temprano, no tenía ni pizca de sueño. Ya estabamos listos, solo quedaba meter un par de bolsos en el maletero. Cogí mi mochila, metí los bolsos y la caja de transportar animales donde iban mis perritos, Louis y Jake, en el maletero y subí a mi hermano Dani en el coche. Mi hermana Ana y yo nos montamos en la parte más trasera del coche, ya que este tiene 7 plazas, y esperamos a que nuestros padres subieran. Cuando ya habíamos salido a la autovía, abrí la mochila y saque mi reproducctor de CDs y los auriculares. Le dí al "Play" y empezaron a sonar los primeros acordes de Desencuentro, una de mis canciones favoritas. Miré por la ventana y sonreí.
Al cabo de unas 2 horas, ya estabamos en el parking de los apartamentos. Nos bajamos todos, y empezamos a subir maletas. Eran las 8, así que mi madre preparó el desayuno. Desayunamos todos juntos en familia, y una vez terminados, empezamos a deshacer todas las maletas. A las 10: 30 ya estaba todo ordenado.
Me asomé al balcón del salón y pude ver el paseo marítimo. Se veían los puestecillos de pulseras, los chiringuitos, la gente paseando...
-Mamá, voy a salir a pasear a los perros por el paseo marítimo. Estaré de vuelta para la hora de comer.
-Vale, María. Cuando estes llegando llamamé y nos esperas abajo, que vamos a ir a comer fuera.
Cogí las llaves y el móvil mientras mi madre me decía eso.
-De acuerdo, hasta luego.
Salí con los perros y me encaminé hacia el paseo marítimo. Me puse los auriculares y empecé a escuchar el acústico de Pablo muy bajito, como de fondo. Era increible, no había cambiado nada en un año y medio que hacía que no iba a Málaga. Todavía seguían ahí todos los recuerdos de mi infancia, esos días de playa con mi familia, mis amigas... Anda, haría bien en llamar a Lola y Marta, dos de mis amigas aquí en Málaga. Me saqué el movil del bolsillo y me dispuse a llamarlas. Estaba concentrada buscando sus números cuando de repente un chico que hacía footing se chocó contra mí. Eso hizo que tanto el móvil como el reproductor de CDs se me cayeran al suelo y el CD salió disparado.
-Uy, lo siento, no estaba atenta.-le dije al chico mientras entre los 2 recogíamos las cosas.
-No te preocupes, yo tampoco iba mirando por donde iba.
La voz del chico me sono familiar. Muy, muy familiar. Levante la vista y flipé.
-Oh, dios mío, no puede ser cierto.
El chico llevaba una gorra negra que ocultaba su pelo rubio ceniza y unas gafas de sol oscuras que tapaban sus preciosos ojos marrones.
-Eres... Pablo Alborán.-dije atropelladamente y entre susurros debido al nerviosismo.
Pablo se echó a reir, aquelló me mató.
-Sí, encantado.-acabó de darme las cosas que se habían caido y me tendió una mano para que me levantará.- ¿Y tu eres...?
-Me llamo María, mucho gusto.-le sonreí. No podía creermelo, acaba de conocer a mi ídolo.
-Siento mucho el estropicio, María, te juro que no era mi intención...
-Jajajajaja, ni te preocupes.-le contesté mientras verificaba que el CD no se hubiera rayado.- Lo peor que podía haber pasado sería que hubieras estropeado tu propio CD.
-Anda, si tenemos por aquí a una alboranista... Si te llego a estropear el CD, me muero.
-Jajajajajaja, no será para tanto. Bueno, y como tú por aquí, ¿no estás de conciertos?
-Mmmm, que va, me he cogido estos días de descanso, aprovechando el puente, para venir a mi tierra. ¿Y tú?
-Más o menos lo mismo, aprovechando que ahora no hay clases me he venido a un apartamento que tengo aquí con mi familia.
-Que bien, osea que podré verte otro día, ¿no?
Al oir esas palabras, mi corazón dio un vuelco. Pablo Alborán, mi querido Pablo Alborán quería verme otro día.
-Por supuesto, si tú quieres...
-Estupendo. Oye, te apetece que demos una vuelta ahora.
-Me encantaría, Pablo.
Guardé todas las cosas en el bolso y agarré bien a los perros. Pablo me sonrió y comenzamos a andar...
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