Esperamos que os guste, besazos!!!!!
Blog del club de fans oficial de Pablo Alborán en Córdoba, España.
jueves, 31 de mayo de 2012
Regalo para Pablete ;)
Aquí teneis el vídeo que le hemos hecho a Pablo Alborán como regalo de cumpleaños.
martes, 22 de mayo de 2012
Cumpleaños de Pablo.
Hola familia. Quedan 9 días para el cumpleaños de nuestro Pablete, y es hora de ir preparando algo. Queremos montarle un video con fotos y textos, como le hicimos en el aniversario de su primer CD. Es por ello que, una vez más, necesitamos vuestra ayuda. Necesitamos que mandeis las fotos y los textos que querais añadir al video a esta dirección de correo:
pabloalboran_cordoba@hotmail.com La fecha límite es el día 29, DAROS PRISA. En el correo teneis que poner OBLIGATORIAMENTE: Nombre, primer apellido, ciudad donde vivís y Twitter. Si es posible, escribid al Twitter del club (@PabloCordobaFan) avisando de que habeis mandado el correo. La foto que teneis que mandar sería una foto vuestra, y si teneis alguna foto con Pablo, mejor que mejor. Podeis editar la foto de la manera que querais, hacer un collage, poner frases... y en el texto podeis escribir lo que querais. La longitud del texto es ilimitada, por eso pido que lo mandeis por correo, porque no sería suficiente un tweet. Si os queda alguna duda, escribid al correo o al Twitter (Vienen los dos escritos un poco antes) Muchiiiiiiisimas gracias, familia. #EstoEsParaSiempre
miércoles, 9 de mayo de 2012
Capítulo 7: ...y que el amor supere a la distancia.
Era domingo por la mañana, el sol brillaba con fuerza y se oía el píar de los pájaros. Me levanté y miré por la ventana. Se veían pasar los coches, se veía a la gente ir de un lado para otro. Me quité el pijama y me puse un chandal para estar por casa; hasta las seis y media no había quedado con Alba, ya tendría tiempo para arreglarme. Bajé a desayunar y noté que el ambiente estaba calmado.
-¡Buenos días, familia!
-Buenos días, dormilona. Ahí tienes el desayuno.-me dijeron mis padres.
-Hola María.-me dijeron Dani y Ana dandome un abrazo.
-Mamá, papá, esta tarde no conteis conmigo, que voy a salir a dar una vuelta con Alba.
-Vale cielo, pero antes de irte tienes que dejar ordenada tu habitación.-me dijo mi padre. Ya no estaba enfadado conmigo y, si lo estaba, lo sabía disimular muy bien.
Acabé el desayuno y metí los platos en el lavavajillas. Me puse a ordenar toda la habitación para evitar después ir con prisas. Cuando terminé todo, cogí el móvil para hablar un ratito con Pablo.
Yo: Hola amor, estas ahí?
Pablo Moreno: Hola princesa! sí, me pillas en el tren de camino a Madrid. Como estas?
Yo: Buen viaje! Pues digamos que simplemente estoy. Ni bien, ni mal. Te echo mucho de menos...
Pablo Moreno: Aish, si supieras cuanto te extraño yo... Antes de lo que tú piensas iré a verte.
Yo: Sí?:D Bueno, pero ven solo si tienes tiempo libre de sobra. No quiero que aplaces ningún concierto o entrevista por estar conmigo. Además, los pocos días libres que tienes los debes aprovechar en descansar.
Pablo Moreno: Ah, osea, que no me quieres ver...
Yo: Pues claro que quiero verte, tontorrón, es lo que más deseo en el mundo, pero no puedo permitir que me antepongas a mí antes que a tu carrera, porque es tu sueño.
Pablo Moreno: Eres increíble. Piensas más en mí que en ti. Cada día te quiero más.
Yo: Como eres... YO TE QUIERO MÁS!
Pablo Moreno: Mentira. Bueno, que planes tienes para hoy?
Yo: Pues he quedado con mi mejor amiga, Alba, para dar una vuelta. Y tú que?
Pablo Moreno: Ah, que bien, que os divirtais!!
Pablo Moreno: Pues yo quiero descansar un poquito, porque mañana ya empezamos otra vez con el trabajo.
Yo: Eso es lo que tienes que hacer, descansar.
Pablo Moreno: Jajajajajaja. Bueno princesa, te dejo, que ya estamos llegando a Atocha. Un besito, te quiero.
Yo: Adios, mi principe, luego hablamos por la noche. Te amo.
Me quedaban algunas horas libres, así que entré en Twitter. Como siempre, mis niñas, mis alboranistas, estaban twiteando como locas; Pablo se había conectado y ya había empezado la revolución. Despues de estar alrededor de una hora contestando tweets, haciendo RT y hablando con bastante gente, apagué el ordenador. Decidí sacar a los perros y así de paso me aireaba yo tambien un poquito. Despues de una hora volví a casa, y me puse a escuchar el acústico. ¡Que lentas pasaban las horas sin tener nada que hacer! Por fín llegó la hora de comer y cuando terminé fui a arreglarme.
Me puse una camiseta negra de manga francesa, una cazadora vaquera y unos pitillo beige. Me maquillé un poco y me hice una trenza.
Cuando llegué a donde habíamos quedado, Alba ya estaba allí. Ella es así, siempre llega 5 minutos antes, por si acaso.
-¡Mi niñaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!-me grito Alba nada más verme.- No sabes cuantísimo te he echado de menos estos días.
-Y yo a ti... Me has hecho muchísima falta.
-Aish, bueno, tú no te preocupes más, ¿vale? Que ya me tiene a mí aqui.
Alba es genial. Se podría decir que es como una hermana para mí. Llevamos juntas desde los 10 años y ahora ya no sé vivir sin ella. Me escucha, me ayuda, me entiende... Y siempre, siempre, siempre me hace reir. Además, es tanto o más alboranista que yo. Lo que yo digo, es perfecta. Aish, si estuviera en mi instituto, como nos lo ibamos a pasar.
Pasamos las horas hablando y a las nueve y media, Alba me acompañó a casa.
-Lo que te he dicho, cielo, que no lo vayas a pasar mal por nada ni por nadie.
-Pf, lo intentaré. Mañana te voy a necesitar muchísimo.
-Lo sé. Bueno, haremos una cosa. Me llevaré el móvil a clase y si necesitas algo, me mandas un Whatsapp.
-Muchas gracias, tia. Eres la mejor.
Alba y yo nos abrazamos y me subí a casa. Sinceramente, no tenía ganas ninguna de nada así que me fui a mi habitación sin cenar. Cogí el móvil y ví un Whatsapp de Pablo.
Pablo Moreno: Mi princesa, creo que no me va a dar tiempo a que hablemos. Hemos tenido prueba de sonido y ensayo general y ahora nos vamos a tomar algo todo el equipo. Que descanses mi vida, lo siento mucho! Te amo.
Yo: No pasa nada cielo, diviertete vale? Ya hablaremos mañana, no te preocupes :) Te quiero.
Una parte de mí, se alegraba de no tener que hablar con Pablo, porque al haber recordado todo lo pasado estos últimos días me había puesto muy triste. Sin darme cuenta, un par de lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas. Que duro era estar lejos de Pablo... Pero si quería ser feliz, tenía que levantar la cabeza, mirar hacia adelante y secarme las lágrimas. Pablo y yo ibamos a estar más tiempo separados que juntos, y eso era algo irremediable. Que el amor supere a la distancia es dificil, pero no imposible y Pablo y yo la íbamos a superar de sobra. Me fui a dormir, estaba muy cansada y hacía bien en descansar, pues el día que me esperaba iba a ser muy, muy duro.
-¡Buenos días, familia!
-Buenos días, dormilona. Ahí tienes el desayuno.-me dijeron mis padres.
-Hola María.-me dijeron Dani y Ana dandome un abrazo.
-Mamá, papá, esta tarde no conteis conmigo, que voy a salir a dar una vuelta con Alba.
-Vale cielo, pero antes de irte tienes que dejar ordenada tu habitación.-me dijo mi padre. Ya no estaba enfadado conmigo y, si lo estaba, lo sabía disimular muy bien.
Acabé el desayuno y metí los platos en el lavavajillas. Me puse a ordenar toda la habitación para evitar después ir con prisas. Cuando terminé todo, cogí el móvil para hablar un ratito con Pablo.
Yo: Hola amor, estas ahí?
Pablo Moreno: Hola princesa! sí, me pillas en el tren de camino a Madrid. Como estas?
Yo: Buen viaje! Pues digamos que simplemente estoy. Ni bien, ni mal. Te echo mucho de menos...
Pablo Moreno: Aish, si supieras cuanto te extraño yo... Antes de lo que tú piensas iré a verte.
Yo: Sí?:D Bueno, pero ven solo si tienes tiempo libre de sobra. No quiero que aplaces ningún concierto o entrevista por estar conmigo. Además, los pocos días libres que tienes los debes aprovechar en descansar.
Pablo Moreno: Ah, osea, que no me quieres ver...
Yo: Pues claro que quiero verte, tontorrón, es lo que más deseo en el mundo, pero no puedo permitir que me antepongas a mí antes que a tu carrera, porque es tu sueño.
Pablo Moreno: Eres increíble. Piensas más en mí que en ti. Cada día te quiero más.
Yo: Como eres... YO TE QUIERO MÁS!
Pablo Moreno: Mentira. Bueno, que planes tienes para hoy?
Yo: Pues he quedado con mi mejor amiga, Alba, para dar una vuelta. Y tú que?
Pablo Moreno: Ah, que bien, que os divirtais!!
Pablo Moreno: Pues yo quiero descansar un poquito, porque mañana ya empezamos otra vez con el trabajo.
Yo: Eso es lo que tienes que hacer, descansar.
Pablo Moreno: Jajajajajaja. Bueno princesa, te dejo, que ya estamos llegando a Atocha. Un besito, te quiero.
Yo: Adios, mi principe, luego hablamos por la noche. Te amo.
Me quedaban algunas horas libres, así que entré en Twitter. Como siempre, mis niñas, mis alboranistas, estaban twiteando como locas; Pablo se había conectado y ya había empezado la revolución. Despues de estar alrededor de una hora contestando tweets, haciendo RT y hablando con bastante gente, apagué el ordenador. Decidí sacar a los perros y así de paso me aireaba yo tambien un poquito. Despues de una hora volví a casa, y me puse a escuchar el acústico. ¡Que lentas pasaban las horas sin tener nada que hacer! Por fín llegó la hora de comer y cuando terminé fui a arreglarme.
Me puse una camiseta negra de manga francesa, una cazadora vaquera y unos pitillo beige. Me maquillé un poco y me hice una trenza.
Cuando llegué a donde habíamos quedado, Alba ya estaba allí. Ella es así, siempre llega 5 minutos antes, por si acaso.
-¡Mi niñaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!-me grito Alba nada más verme.- No sabes cuantísimo te he echado de menos estos días.
-Y yo a ti... Me has hecho muchísima falta.
-Aish, bueno, tú no te preocupes más, ¿vale? Que ya me tiene a mí aqui.
Alba es genial. Se podría decir que es como una hermana para mí. Llevamos juntas desde los 10 años y ahora ya no sé vivir sin ella. Me escucha, me ayuda, me entiende... Y siempre, siempre, siempre me hace reir. Además, es tanto o más alboranista que yo. Lo que yo digo, es perfecta. Aish, si estuviera en mi instituto, como nos lo ibamos a pasar.
Pasamos las horas hablando y a las nueve y media, Alba me acompañó a casa.
-Lo que te he dicho, cielo, que no lo vayas a pasar mal por nada ni por nadie.
-Pf, lo intentaré. Mañana te voy a necesitar muchísimo.
-Lo sé. Bueno, haremos una cosa. Me llevaré el móvil a clase y si necesitas algo, me mandas un Whatsapp.
-Muchas gracias, tia. Eres la mejor.
Alba y yo nos abrazamos y me subí a casa. Sinceramente, no tenía ganas ninguna de nada así que me fui a mi habitación sin cenar. Cogí el móvil y ví un Whatsapp de Pablo.
Pablo Moreno: Mi princesa, creo que no me va a dar tiempo a que hablemos. Hemos tenido prueba de sonido y ensayo general y ahora nos vamos a tomar algo todo el equipo. Que descanses mi vida, lo siento mucho! Te amo.
Yo: No pasa nada cielo, diviertete vale? Ya hablaremos mañana, no te preocupes :) Te quiero.
Una parte de mí, se alegraba de no tener que hablar con Pablo, porque al haber recordado todo lo pasado estos últimos días me había puesto muy triste. Sin darme cuenta, un par de lágrimas empezaron a recorrer mis mejillas. Que duro era estar lejos de Pablo... Pero si quería ser feliz, tenía que levantar la cabeza, mirar hacia adelante y secarme las lágrimas. Pablo y yo ibamos a estar más tiempo separados que juntos, y eso era algo irremediable. Que el amor supere a la distancia es dificil, pero no imposible y Pablo y yo la íbamos a superar de sobra. Me fui a dormir, estaba muy cansada y hacía bien en descansar, pues el día que me esperaba iba a ser muy, muy duro.
sábado, 5 de mayo de 2012
Capítulo 6: Porque si te pierdo, yo no me encuentro.
El coche paró. Salí deprisa y ni siquiera cogí mis maletas. Aún no podía creerlo, yo no tenía que estar allí. Yo tenía que estar con Pablo porque, al estar separados, él sufría y yo no aguantaba que el lo pasase mal, y menos por mí culpa. Entre en mi habitación y me puse aún peor, ya que aquellas cuatro paredes eran un templo hacia Pablo Alborán. Fotos, posters, calendarios, discos... Tenía millones de cosas alrededor en las que salía su cara. Aquel Pablo que hasta hace unos días era el que conocía, pero que para mí ya no era el mismo. Ahora había descubierto al Pablo más íntimo, aquel que cualquier fan suya quisiera conocer. Guardé todas las cosas en un cajón vacio que tenía en mi habitación, ya que me aterrorizaba que mi padre pudiera tirarlas. Decidí entrar a Twitter, a ver que se contaban mis alboranistas y ver si había alguna mención de... él.
Y ahí estaba, justo lo que esperaba, aquello me hizo sonreir pese a que aun no había dejado de llorar desde que salí de Málaga.
@pabloalboran: @MariaL_Alboran Pedazo de foto!! Espero que lo hayas pasado bien estos días por mi tierra, guapa. Un beso.
Ya tenía lo que quería, Pablo ya sabía mi twitter. Entre en su perfil para ver lo último que había tuiteado.
@pabloalboran: Familia, espero que paseis una buena semana! Yo desconecto unos días. Sed felices, yo lo intentaré...Besos @pabloalboran: Hasta que no pierdes lo que más quieres no te das cuenta de lo mucho que vale.
Me sentí mal despues de leer eso, pues sabía que esos tweets iban por mí. Necesitaba hablar con Pablo, así que empecé a escribirle por Whatsapp.
Yo: Mi vida, estás por aqui?
Pablo Moreno: Si...
Yo: Pablo, siento mucho no haberte dejado despedirte antes, pero ya es lo suficientemente dificil esto que nos está pasando, asi que la despedida tenía que ser dura y seca... Perdoname, por favor.
Pablo Moreno: Mi niña, no hay nada que perdonar, porque te entiendo. No sabes cuanto te estoy echando de menos... Menos mal que he averiguado tu Twitter... jajajajajaja
Yo: Jajajajajajaja, pero lo has averiguado gracias a mi, que si no...
Pablo Moreno: Bueno, ahí llevas la razón jajajajaja. Oye, que te han dicho tus padres?
Yo: Bueno, mi padre está hecho una furia, y mi madre dice que estan haciendo lo mejor para mí... Si te conocieran no pensarían lo mismo.
Pablo Moreno: Cielo, tienes que entenderlos. He llegado yo, un tipo de 22 años, que pretende arrebatarles a su pequeña de 17... ¿Tú en su lugar no estarías así?
Era increible la madurez de Pablo, ahora mismo me había quedado fuera de juego.
Yo: Bueno... nosé Pablo, pero tambien ten en cuenta que tengo casi 18 años, solo faltan 3 meses, estoy harta ya de decirlo. Ya no soy ninguna niña pequeña
Pablo Moreno: Hazte a la idea de que, aunque tengas 32 años, vas a seguir siendo su niña pequeña.
Yo: Puf... Pero yo quiero estar contigo, y no pueden impedirmelo.
Pablo Moreno: Y lo vamos a estar cielo, eso te lo aseguro, como que me llamo Pablo, pero tenemos que tener paciencia, pues las cosas para nosotros dos no estan fáciles por el momento. Te tengo que dejar mi amor, voy un rato a casa de mis padres porque mañana me vuelvo ya a Madrid para seguir organizando la gira. Te amo.
Yo: Adios cariño, te amo.
Pablo se fue, y yo aproveché para llamar a Alba. Estuvimos hablando alrededor de una hora, y le conté que ya estaba en Córdoba, y sobretodo el por qué. Quedamos en vernos al día siguiente y así darnos detalles. Tambien hablé con Marta. Le conté lo que había sucedido y que sentía mucho no haberme podido despedir de ella y de las demás chicas.
-No pasa nada cielo, te entiendo, no has tenido oportunidad de despedirte. Aish... Te lo dije, os podíais meter en un gran lío.
-Calla, calla, ni me lo recuerdes. ¿Por qué me tienen que salir siempre mal las cosas?
-No te desesperes cielo. Piensa que en muy poco tiempo vas a poder estar con Pablo, y que las cosas os van a ir genial.
-Eso espero. Oye, me tengo que ir. Ya hablaremos, cielo. Te quiero.
-Adios, tesoro. Me da mucha penita que no nos podamos visto otra vez, estoy deseando que vuelvas, te quiero.
Desconecte todo. Móvil, ordenador, radio... Mañana era mi último día antes de volver a las clases, y ahora venía la parte más dura. La selectividad estaba a la vuelta de la esquina, como se suele decir, y empezaban todos los examenes finales. No podía evitar pensar en la feria que, aunque todavía quedaba un poquito lejos, era el momento en el que todo habría acabado y tambien en el que ya tendría 18 años.
Salí de la habitación y cogí mis maletas, que estaban en medio del pasillo. Nadie se había molestado en traermelas. Bueno, tampoco yo me había molestado en cogerlas. Empecé a sacar todo y a colocarlo en su sitio. Al cabo de media hora lo tenía todo guardado. Me tiré en la cama, sin ganas de nada, y empecé a pensar que, a partir del día siguiente, Pablo y yo ibamos a estar más separados aún. Él en Madrid, yo en Córdoba, unos 400 kilómetros de distancia. Pero eso poco importaba, porque, ¿que más da estar separados 400 kilómetros durante un tiempo si a cambio podíamos estar toda la vida juntos? Ese pensamiente me hizo sonreir. Además, tarde o temprano, Pablo se pasaría por Córdoba para dar un concierto. Lo tenía claro, iba a ser fuerte y a aguantar lo que me echaran hasta poder estar otra vez junto a Pablo, y esta vez nadie nos podría separar.
Y ahí estaba, justo lo que esperaba, aquello me hizo sonreir pese a que aun no había dejado de llorar desde que salí de Málaga.
@pabloalboran: @MariaL_Alboran Pedazo de foto!! Espero que lo hayas pasado bien estos días por mi tierra, guapa. Un beso.
Ya tenía lo que quería, Pablo ya sabía mi twitter. Entre en su perfil para ver lo último que había tuiteado.
@pabloalboran: Familia, espero que paseis una buena semana! Yo desconecto unos días. Sed felices, yo lo intentaré...Besos @pabloalboran: Hasta que no pierdes lo que más quieres no te das cuenta de lo mucho que vale.
Me sentí mal despues de leer eso, pues sabía que esos tweets iban por mí. Necesitaba hablar con Pablo, así que empecé a escribirle por Whatsapp.
Yo: Mi vida, estás por aqui?
Pablo Moreno: Si...
Yo: Pablo, siento mucho no haberte dejado despedirte antes, pero ya es lo suficientemente dificil esto que nos está pasando, asi que la despedida tenía que ser dura y seca... Perdoname, por favor.
Pablo Moreno: Mi niña, no hay nada que perdonar, porque te entiendo. No sabes cuanto te estoy echando de menos... Menos mal que he averiguado tu Twitter... jajajajajaja
Yo: Jajajajajajaja, pero lo has averiguado gracias a mi, que si no...
Pablo Moreno: Bueno, ahí llevas la razón jajajajaja. Oye, que te han dicho tus padres?
Yo: Bueno, mi padre está hecho una furia, y mi madre dice que estan haciendo lo mejor para mí... Si te conocieran no pensarían lo mismo.
Pablo Moreno: Cielo, tienes que entenderlos. He llegado yo, un tipo de 22 años, que pretende arrebatarles a su pequeña de 17... ¿Tú en su lugar no estarías así?
Era increible la madurez de Pablo, ahora mismo me había quedado fuera de juego.
Yo: Bueno... nosé Pablo, pero tambien ten en cuenta que tengo casi 18 años, solo faltan 3 meses, estoy harta ya de decirlo. Ya no soy ninguna niña pequeña
Pablo Moreno: Hazte a la idea de que, aunque tengas 32 años, vas a seguir siendo su niña pequeña.
Yo: Puf... Pero yo quiero estar contigo, y no pueden impedirmelo.
Pablo Moreno: Y lo vamos a estar cielo, eso te lo aseguro, como que me llamo Pablo, pero tenemos que tener paciencia, pues las cosas para nosotros dos no estan fáciles por el momento. Te tengo que dejar mi amor, voy un rato a casa de mis padres porque mañana me vuelvo ya a Madrid para seguir organizando la gira. Te amo.
Yo: Adios cariño, te amo.
Pablo se fue, y yo aproveché para llamar a Alba. Estuvimos hablando alrededor de una hora, y le conté que ya estaba en Córdoba, y sobretodo el por qué. Quedamos en vernos al día siguiente y así darnos detalles. Tambien hablé con Marta. Le conté lo que había sucedido y que sentía mucho no haberme podido despedir de ella y de las demás chicas.
-No pasa nada cielo, te entiendo, no has tenido oportunidad de despedirte. Aish... Te lo dije, os podíais meter en un gran lío.
-Calla, calla, ni me lo recuerdes. ¿Por qué me tienen que salir siempre mal las cosas?
-No te desesperes cielo. Piensa que en muy poco tiempo vas a poder estar con Pablo, y que las cosas os van a ir genial.
-Eso espero. Oye, me tengo que ir. Ya hablaremos, cielo. Te quiero.
-Adios, tesoro. Me da mucha penita que no nos podamos visto otra vez, estoy deseando que vuelvas, te quiero.
Desconecte todo. Móvil, ordenador, radio... Mañana era mi último día antes de volver a las clases, y ahora venía la parte más dura. La selectividad estaba a la vuelta de la esquina, como se suele decir, y empezaban todos los examenes finales. No podía evitar pensar en la feria que, aunque todavía quedaba un poquito lejos, era el momento en el que todo habría acabado y tambien en el que ya tendría 18 años.
Salí de la habitación y cogí mis maletas, que estaban en medio del pasillo. Nadie se había molestado en traermelas. Bueno, tampoco yo me había molestado en cogerlas. Empecé a sacar todo y a colocarlo en su sitio. Al cabo de media hora lo tenía todo guardado. Me tiré en la cama, sin ganas de nada, y empecé a pensar que, a partir del día siguiente, Pablo y yo ibamos a estar más separados aún. Él en Madrid, yo en Córdoba, unos 400 kilómetros de distancia. Pero eso poco importaba, porque, ¿que más da estar separados 400 kilómetros durante un tiempo si a cambio podíamos estar toda la vida juntos? Ese pensamiente me hizo sonreir. Además, tarde o temprano, Pablo se pasaría por Córdoba para dar un concierto. Lo tenía claro, iba a ser fuerte y a aguantar lo que me echaran hasta poder estar otra vez junto a Pablo, y esta vez nadie nos podría separar.
viernes, 4 de mayo de 2012
Capítulo 5: Cuando el mundo se va a la mierda, lo hace a lo grande.
Durante toda la noche, no pude quitar ese pensamiento de mi cabeza. Pablo me amaba, me lo había demostrado. Después de besarnos, estuvimos sentados en la playa los 3, Pablo, la guitarra y yo. Él toco pequeños fragmentos de algunas canciones: Solamente tú, Te he echado de menos, Caramelo... Sinceramente, cada minuto que pasaba con Pablo superaba el anterior.
Todavía estaba durmiendo, pero algo me zarandeó e hizo que me despertara.
-¡¡¡María!!! Despierta, por dios, despierta.
-Emm... ¿Ana? Ana, que son las 9 de la mañana, ¿que quieres?
-Mira esto, que te vas a morir.
Me dio una revista que traía entre las manos y al ver la portada deseé que me tragara la tierra. ¿El titular? "PABLO ALBORÁN SE BESA CON UNA CHICA DESCONOCIDA EN UNA PLAYA MALAGUEÑA" y al lado una foto de nuestro beso ayer en la playa. Esto no me podía estar pasando a mí.
-Pe-pe-pero... ¿como es posible? No puede ser verdad, dime que no...
-Pues como en esta revista, en todas las que hay en el kiosko.
-¿Quien nos pudo echar esa foto? Si estabamos solos en la playa...
-No sé, lo único que sé es que tú, ahora mismo, estas exenta de responsabilidades, pero Pablo está metido en un lío gordo. Pronto sabran tu identidad, sabrán que edad tienes y Pablo... podría hasta ir a la cárcel.
Las palabras de mi hermana se me clavaron en el alma, desgarrandomela y haciendola pedazos. Pablo... en la cárcel. Por dios, pero si solo nos llevabamos 5 años...
-¿Papá y Mamá saben algo?
-No, pero no creas que van a tardar mucho en averiguarlo.
-Me quiero morir... Tengo que hablar con Pablo.
Encendí el móvil, y estaba que ardía. Marta y Alba me habían petado el Whatsapp, supongo que ya había visto una revista. Pablo tambien me había hablado.
Pablo Moreno: ¿Has visto la prensa?
Yo: Sí...
Pablo Moreno: Pf, en que lio nos hemos metido...
Yo: Pablo, lo siento mucho
Pablo Moreno: Mi niña, tú no tienes por qué sentirlo, no ha sido culpa de ninguno de los 2
Pablo Moreno: Además, tarde o temprano, esto iba a pasar.
Yo: Ya, pero... nosé, me siento responsable de ello.
Pablo Moreno: Tranquilizate, a ver, lo mejor será que hoy no nos veamos. Van a estar controlando todos mis movimientos, por si me vuelven a pillar contigo.
Yo: Tienes razón. Te voy a echar mucho de menos... Ya sabes que me voy mañana.
Pablo Moreno: Sí, hoy me apetecía estar contigo más que nunca, pero las cosas se han torcido.
Yo: Ya... Parece que cuando el mundo se va a la mierda, se va a lo grande.
Pablo Moreno: Jajajajaja, anda mi niña, hablamos luego, te amo!
Yo: Adios tesoro, te quiero + que a nada.
Contesté los Whatsapp's de Marta y Alba, las dos me hablaban de las revistas, y yo no tenía muchas ganas de comentar el tema, así que puse una excusa mala y apagué el móvil. En ese momento llegaron mis padres con mi hermano Dani, que venian de dar un paseo. Esperé que no hubieran visto nada.
-Anda cielo, vete con tu hermana Ana, que nosotros vamos a hablar con María.-le dijo mi madre a Dani. Me temí lo peor.
-¿De que quereis hablar conmigo?
-¿Nos puedes explicar que es esto?-me dijo mi padre, enseñandome varias revistas.
-Yo...-No fui capaz de decir nada, simplemente porque no sabía que decir.
-Ya te puedes ir a hacer la maleta, nos vamos YA.
-No, papá, no me puedes hacer esto, papá es solo un beso, es mi vida, dejame en paz.
-Te recuerdo que tienes 17 años, que todavía tienes que hacer lo que a mí me de la gana.
-¿Así que es por eso? Venga, que solo me quedan 3 meses para cumplir los 18 años.
-Pues dentro de 3 meses te vas con él, si es que todavía se acuerda de ti.
Esa fue la gota que colmó el vaso. ¿Cómo se atrevía a decirme eso? ¿Acaso él conocía a Pablo?
-Pues claro que se va a acordar de mí. Él me ama, más que a nada, igual que yo a él. Y ni tú ni nadie nos vais a impedir estar juntos.
-Vete a hacer la maleta, no te lo vuelvo a repetir.
Sabía que era imposible, y que si seguía insistiendo me acabaría llevando un guantazo. Me encerré en mi habitacíon, llorando. Volví a encender el móvil.
Yo: Pablo, no sabes lo que ha pasado. Mis padres se han enterado. Me vuelvo a Córdoba antes del mediodía...
Pablo Moreno: ¿QUE? No puede ser... No nos vamos a poder despedir... Pf.
Yo: Pablo, te amo, te voy a echar muchísimo de menos. Prometeme que si te pasas por Córdoba vas a ir a verme. Adios, espero verte pronto. Te quiero!
Pablo Moreno: Pero mi vida, no puedes irte así, espera.
No dejé a Pablo despedirse, ya que apagué el móvil. Me estaba matando el haberle tratado así, pero era lo único que podía hacer, sería mucho más complicado para los 2 haberlo hecho de otra forma.
Empecé a guardar todas las cosas sin poder dejar de llorar. Era muy fuerte, lo mucho que podían cambiar las cosas en tan poco tiempo.
Mi madre entró en mi habitación.
-Cielo, quiero hablar contigo.
-¿Qué? ¿Tú tambien vienes a decirme cosas que no son verdad?
-No, escuchamé. Tienes que entendernos, nos preocupamos por ti y no queremos que ese tal Pablo te haga daño. Él tiene una vida de locos, está de aquí para allá día sí y día tambien. Tú así no vas a ser feliz, entiendelo.
-Pero vosotros no me habeis entendido a mí. No teneis ni idea de como es Pablo, ni del modo en que me quiere. Os pensais que alejandome de él me vais a hacer feliz y lo que estais consiguiendo es todo lo contrario.
-Lo siento cielo, con el tiempo nos darás la razón. Acaba de hacer la maleta, que nos vamos.
Era imposible que mi madre hablara en serio. Terminé de empaquetar todo, y salí con todas las maletas. Estaba todo recogido, me iba de Málaga y quien sabe cuando podría volver. Bajamos al parking y lo guardamos todo. Salimos a la calle y ví a una persona apoyada al lado de la verja de salida de los coches. No podía ser él. Pablo. Con una gorra negra y unas gafas oscuras. Pasamos a su lado, pero mis padres no se percataron de que era él. Pablo se quitó las gafas. Duró una décima de segundo, pero nos miramos y nos lo dijimos todo. Era una mirada de amor, una mirada de "Te voy a echar de menos", una mirada de despedida. Pude ver caer las lágrimas de los ojos de Pablo. Deseaba parar el coche, bajar y abrazarle, pero no podía ser. Adios Pablo, adios.
Abrí Twitter desde el móvil. Tenía que hacer algo para que Pablo supiera mi Twitter y pudieramos comunicarnos. Empecé a twittear como una loca.
@MariaL_Alborán: Adios a la tierra de @pabloalboran prometo volver pronto!! Aquí dejo una fotito en la playa.
Puse una de las fotos que Pablo y yo nos hicimos la primera noche que estuvimos juntos, pero en esta salía yo sola. Seguí tuiteando.
@MariaL_Alboran: No llores por mí, pues sabes que pronto nos veremos...
@MariaL_Alboran: A veces las cosas son difíciles, pero el amor verdadero todo lo puede.
Cerré Twitter y me dormí. Muchas emociones juntas, y el día solo acababa de comenzar.
Todavía estaba durmiendo, pero algo me zarandeó e hizo que me despertara.
-¡¡¡María!!! Despierta, por dios, despierta.
-Emm... ¿Ana? Ana, que son las 9 de la mañana, ¿que quieres?
-Mira esto, que te vas a morir.
Me dio una revista que traía entre las manos y al ver la portada deseé que me tragara la tierra. ¿El titular? "PABLO ALBORÁN SE BESA CON UNA CHICA DESCONOCIDA EN UNA PLAYA MALAGUEÑA" y al lado una foto de nuestro beso ayer en la playa. Esto no me podía estar pasando a mí.
-Pe-pe-pero... ¿como es posible? No puede ser verdad, dime que no...
-Pues como en esta revista, en todas las que hay en el kiosko.
-¿Quien nos pudo echar esa foto? Si estabamos solos en la playa...
-No sé, lo único que sé es que tú, ahora mismo, estas exenta de responsabilidades, pero Pablo está metido en un lío gordo. Pronto sabran tu identidad, sabrán que edad tienes y Pablo... podría hasta ir a la cárcel.
Las palabras de mi hermana se me clavaron en el alma, desgarrandomela y haciendola pedazos. Pablo... en la cárcel. Por dios, pero si solo nos llevabamos 5 años...
-¿Papá y Mamá saben algo?
-No, pero no creas que van a tardar mucho en averiguarlo.
-Me quiero morir... Tengo que hablar con Pablo.
Encendí el móvil, y estaba que ardía. Marta y Alba me habían petado el Whatsapp, supongo que ya había visto una revista. Pablo tambien me había hablado.
Pablo Moreno: ¿Has visto la prensa?
Yo: Sí...
Pablo Moreno: Pf, en que lio nos hemos metido...
Yo: Pablo, lo siento mucho
Pablo Moreno: Mi niña, tú no tienes por qué sentirlo, no ha sido culpa de ninguno de los 2
Pablo Moreno: Además, tarde o temprano, esto iba a pasar.
Yo: Ya, pero... nosé, me siento responsable de ello.
Pablo Moreno: Tranquilizate, a ver, lo mejor será que hoy no nos veamos. Van a estar controlando todos mis movimientos, por si me vuelven a pillar contigo.
Yo: Tienes razón. Te voy a echar mucho de menos... Ya sabes que me voy mañana.
Pablo Moreno: Sí, hoy me apetecía estar contigo más que nunca, pero las cosas se han torcido.
Yo: Ya... Parece que cuando el mundo se va a la mierda, se va a lo grande.
Pablo Moreno: Jajajajaja, anda mi niña, hablamos luego, te amo!
Yo: Adios tesoro, te quiero + que a nada.
Contesté los Whatsapp's de Marta y Alba, las dos me hablaban de las revistas, y yo no tenía muchas ganas de comentar el tema, así que puse una excusa mala y apagué el móvil. En ese momento llegaron mis padres con mi hermano Dani, que venian de dar un paseo. Esperé que no hubieran visto nada.
-Anda cielo, vete con tu hermana Ana, que nosotros vamos a hablar con María.-le dijo mi madre a Dani. Me temí lo peor.
-¿De que quereis hablar conmigo?
-¿Nos puedes explicar que es esto?-me dijo mi padre, enseñandome varias revistas.
-Yo...-No fui capaz de decir nada, simplemente porque no sabía que decir.
-Ya te puedes ir a hacer la maleta, nos vamos YA.
-No, papá, no me puedes hacer esto, papá es solo un beso, es mi vida, dejame en paz.
-Te recuerdo que tienes 17 años, que todavía tienes que hacer lo que a mí me de la gana.
-¿Así que es por eso? Venga, que solo me quedan 3 meses para cumplir los 18 años.
-Pues dentro de 3 meses te vas con él, si es que todavía se acuerda de ti.
Esa fue la gota que colmó el vaso. ¿Cómo se atrevía a decirme eso? ¿Acaso él conocía a Pablo?
-Pues claro que se va a acordar de mí. Él me ama, más que a nada, igual que yo a él. Y ni tú ni nadie nos vais a impedir estar juntos.
-Vete a hacer la maleta, no te lo vuelvo a repetir.
Sabía que era imposible, y que si seguía insistiendo me acabaría llevando un guantazo. Me encerré en mi habitacíon, llorando. Volví a encender el móvil.
Yo: Pablo, no sabes lo que ha pasado. Mis padres se han enterado. Me vuelvo a Córdoba antes del mediodía...
Pablo Moreno: ¿QUE? No puede ser... No nos vamos a poder despedir... Pf.
Yo: Pablo, te amo, te voy a echar muchísimo de menos. Prometeme que si te pasas por Córdoba vas a ir a verme. Adios, espero verte pronto. Te quiero!
Pablo Moreno: Pero mi vida, no puedes irte así, espera.
No dejé a Pablo despedirse, ya que apagué el móvil. Me estaba matando el haberle tratado así, pero era lo único que podía hacer, sería mucho más complicado para los 2 haberlo hecho de otra forma.
Empecé a guardar todas las cosas sin poder dejar de llorar. Era muy fuerte, lo mucho que podían cambiar las cosas en tan poco tiempo.
Mi madre entró en mi habitación.
-Cielo, quiero hablar contigo.
-¿Qué? ¿Tú tambien vienes a decirme cosas que no son verdad?
-No, escuchamé. Tienes que entendernos, nos preocupamos por ti y no queremos que ese tal Pablo te haga daño. Él tiene una vida de locos, está de aquí para allá día sí y día tambien. Tú así no vas a ser feliz, entiendelo.
-Pero vosotros no me habeis entendido a mí. No teneis ni idea de como es Pablo, ni del modo en que me quiere. Os pensais que alejandome de él me vais a hacer feliz y lo que estais consiguiendo es todo lo contrario.
-Lo siento cielo, con el tiempo nos darás la razón. Acaba de hacer la maleta, que nos vamos.
Era imposible que mi madre hablara en serio. Terminé de empaquetar todo, y salí con todas las maletas. Estaba todo recogido, me iba de Málaga y quien sabe cuando podría volver. Bajamos al parking y lo guardamos todo. Salimos a la calle y ví a una persona apoyada al lado de la verja de salida de los coches. No podía ser él. Pablo. Con una gorra negra y unas gafas oscuras. Pasamos a su lado, pero mis padres no se percataron de que era él. Pablo se quitó las gafas. Duró una décima de segundo, pero nos miramos y nos lo dijimos todo. Era una mirada de amor, una mirada de "Te voy a echar de menos", una mirada de despedida. Pude ver caer las lágrimas de los ojos de Pablo. Deseaba parar el coche, bajar y abrazarle, pero no podía ser. Adios Pablo, adios.
Abrí Twitter desde el móvil. Tenía que hacer algo para que Pablo supiera mi Twitter y pudieramos comunicarnos. Empecé a twittear como una loca.
@MariaL_Alborán: Adios a la tierra de @pabloalboran prometo volver pronto!! Aquí dejo una fotito en la playa.
Puse una de las fotos que Pablo y yo nos hicimos la primera noche que estuvimos juntos, pero en esta salía yo sola. Seguí tuiteando.
@MariaL_Alboran: No llores por mí, pues sabes que pronto nos veremos...
@MariaL_Alboran: A veces las cosas son difíciles, pero el amor verdadero todo lo puede.
Cerré Twitter y me dormí. Muchas emociones juntas, y el día solo acababa de comenzar.
Capítulo 4: Solamente tú...
Marta y yo nos sentamos en el sofá de su casa.
-Mira, María, me estás asutando. ¿Que ha pasado con ese chico misterioso?
-Bueno, creo que no es tan... misterioso como dices.
-No te sigo. Explícate.
Empecé a contarle a Marta todo, con pelos y señales. He de decir que en un par de ocasiones la dejé con la boca abierta. Pensé que no me creería, pero nada más lejos de la realidad.
-Entonces... Tú... y Pablo Alborán... Dios, esto es muy fuerte.
-Me tienes que jurar por tu vida que no se lo vas a decir a nadie.
-Tranquila, que me llevaré este secreto hasta la tumba. Tia, pero... ¿sabe que eres menor de edad?
-Sí, claro. Se lo dije yo ayer y me dije que no importa, que solo me faltan 3 meses para cumplir los 18.
-Oh, que mono. Bueno tia, pase lo que pase ten cuidado. Recuerda que por mucho que sea tú novio el es famoso y tu eres menor. Se puede meter en un gran lio...
-Ya hemos pensado en eso, y vamos a ir con completa discrección. Bueno cielo, se me ha echo ya un poco tarde, así que creo que debo volver a casa. Hablamos luego.
Marta me acompañó hasta la puerta y nos despedimos. Pasé de coger el autobús, necesitaba pensar en los acontecimientos. Marta tenía más razón que un santo, Pablo podía meterse en lios si lo veian conmigo. Pitido en el móvil. Otro Whatsapp.
Pablo Moreno: Mi niña, nos vemos esta tarde? he encontrado un hueco después de las entrevistas.
Yo: Vale cariño, dime hora y sitio.
Pablo Moreno: Mmmm... te parece bien la zona de las rocas, a las 8?
Yo: Me parece perfecto!! Nos vemos luego, te amo(:
Pablo Moreno: Adios princesa, te quiero!
No tenía muchas ganas de hablar con Pablo. El pensar que por mi culpa podía tener un serio problema me ponía mala. Se me fue la cabeza pensando en eso y, no sé como, llegué antes de lo que pensaba a casa. Subí y saludé a todos, era inevitable pensar que no tenían ni idea de nada. Me metí en mi habitación a llamar a Alba. Le conté exáctamente lo mismo que le había dicho a Marta, pero su reacción fue completamente distinta.
-María, cariño, ¿tu tienes fiebre o algo?
-Ah, pues si no me quieres creer no me creas, ¿quieres pruebas?
-Por supuesto, dame todas las que tengas.
Empezé a mandarle todas las fotos que nos hicimos la noche anterior en la playa.
-¿Contenta?
-Tia... Esto no es posible. Tú y Pablo... FLIPO.
-Jajajajajajajajaja, ¿te crees que yo no? Estoy en trance absoluto.
-Joder, que estas saliendo con nuestro mayor ídolo...
-Sí, cada vez que lo recuerdo me dan escalofríos.
-Ya me lo presentarás, ¿eh?
-Jajajajajaja, si hay oportunidad, no lo dudes.
-Jajajajaja, te tomo la palabra. Bueno cielo, tengo que colgar. Ya te llamaré, te echo de menos.
-Y yo a ti, cielo. Ya hablamos.
Colgué y en ese momento entró mi hermana en la habitación. Tenía una cara... extraña.
-Tengo que hablar contigo.
-Dime
-Voy al grano... ¿Eras tú la que le estaba dando un beso esta mañana a Pablo Alborán en la puerta de los apartamentos?
Ante esas palabras me quedé helada. Me había quedado fuera de juego, completamente. ¿Cómo narices me había visto? Agaché la cabeza, y mi hermana tomo eso como un sí.
-¡¡NO ME LO PUEDO CREEEEEEEEEEEEEEEEEEER!!-chilló mi hermana, pegando saltos de alegría- ¡¡ERES LA CHICA MÁS SUERTUDA QUE CONOZCO!!
-Vale, Ana, pero callate, de esto no se puede enterar nadie.
-Te juro que no voy a abrir la boca, ni por todo el oro del mundo.
-Más te vale... Oye, y ¿cómo nos viste?
-Fácil, no creas que fuiste la única que anoche salió...
-Jajajajaja. Pues esta tarde he quedado con Pablo, otra vez. Así que vete, que necesito tiempo para arreglarme.
-Ya me contarás, suertuda. Anda, que te vaya bien.
Ana salió y me planté en frente del armario. Sinceramente, no tenía ni idea de qué me pondría. Al final me decidí por un una camisa de cuadros rosas y unos pantalones azul eléctrico. Me arreglé completamente y me dieron las ocho menos cuarto. Salí con prisas, porque me quedaba un pequeño paseo hasta llegar a donde habíamos quedado. Cuando llegué no había nadie, así que fui a sentarme a las rocas. En el camino me encontré una botella con una carta dentro. La cogí y empecé a leerla.
"Mi querida princesa, María. Llevo... 48 horas contigo. ¿Sabes de que forma has cambiado mi vida en ese tiempo? Es como si hubiera pasado un huracán y se hubiera llevado todo lo que tenía antes de conocerte, lo bueno y lo malo. Has puesto patas arriba este mundo loco en el que vivo, me has hecho sentir cosas que, en casi 23 años que tengo, nunca había sentido. Sé que esto te puede sorprender, pues ni siquiera yo sabía que era capaz de enamorarme con tanta facilidad y rapidez. Has sacado lo mejor de mí, me has calado hasta el fondo del alma y ahora no sé concebir un futuro que no sea a tu lado. Me has abierto las puertas de la inspiración, has sacado mi parte más visceral y sincera, en serio que es muy fuerte esto que siento por ti. Espero algún día poder tenerte a mi lado hasta el día de mi muerte, pues sé que ahora no puede ser ya que, muy a mi pesar, aún faltan 3 meses hasta que cumplas los 18, 3 meses que no sé como voy a aguantar. Pero cuando pasen estos 3 meses yo voy a seguir a tu lado, pues el amor verdadero es el único de aguantar lo que le echen, de superar todas las pruebas que se le impongan, de esquivar cualquier obstáculo en el camino. Solamente tú me haces sonreir, solamente tú. Sin más, quiero decirte que te amo, que sería capaz de arrancarme el corazón y venderselo al diablo si gracias a ello puedes ser mía para siempre. Eres lo que más quiero en la vida. Pablo."
Doblé el papel y me lo guardé. No era capaz de contener las lágrimas. Dios mío, Pablo, Pablo Moreno, Pablo Alborán me había escrito esa carta a mí. No había escuchado palabras tan bonitas en mi vida. Entre los sonidos de las olas, pude oir unos pasos. Me dí la vuelta y le ví. Pablo. No pude contenerme, me lancé a sus brazos.
-Mi vida... Ahora mismo me siento como en una nube, nadie me había dedicado una carta así.
-Me alegro mucho de que te haya gustado, cielo. Después de escribirte eso, no sé que más decirte que ya no te haya dicho. Te amo, y no te voy a dejar sola en ningún momento.
Sonreí y besé a Pablo. Le besé con ganas, con amor, con pasión, le besé como si me fuera el último beso que le iba a dar. Y, en verdad, era posible que lo fuera porque, mientras nos besabamos, no eramos conscientes de lo que estaba pasando en ese momento, de lo que iba a suponer ese beso, ese beso que iba a ser tan problemático como precioso. Pues a veces una sola imagen puede hacerte la persona más feliz del mundo, pero tambien la más desgraciada.
-Mira, María, me estás asutando. ¿Que ha pasado con ese chico misterioso?
-Bueno, creo que no es tan... misterioso como dices.
-No te sigo. Explícate.
Empecé a contarle a Marta todo, con pelos y señales. He de decir que en un par de ocasiones la dejé con la boca abierta. Pensé que no me creería, pero nada más lejos de la realidad.
-Entonces... Tú... y Pablo Alborán... Dios, esto es muy fuerte.
-Me tienes que jurar por tu vida que no se lo vas a decir a nadie.
-Tranquila, que me llevaré este secreto hasta la tumba. Tia, pero... ¿sabe que eres menor de edad?
-Sí, claro. Se lo dije yo ayer y me dije que no importa, que solo me faltan 3 meses para cumplir los 18.
-Oh, que mono. Bueno tia, pase lo que pase ten cuidado. Recuerda que por mucho que sea tú novio el es famoso y tu eres menor. Se puede meter en un gran lio...
-Ya hemos pensado en eso, y vamos a ir con completa discrección. Bueno cielo, se me ha echo ya un poco tarde, así que creo que debo volver a casa. Hablamos luego.
Marta me acompañó hasta la puerta y nos despedimos. Pasé de coger el autobús, necesitaba pensar en los acontecimientos. Marta tenía más razón que un santo, Pablo podía meterse en lios si lo veian conmigo. Pitido en el móvil. Otro Whatsapp.
Pablo Moreno: Mi niña, nos vemos esta tarde? he encontrado un hueco después de las entrevistas.
Yo: Vale cariño, dime hora y sitio.
Pablo Moreno: Mmmm... te parece bien la zona de las rocas, a las 8?
Yo: Me parece perfecto!! Nos vemos luego, te amo(:
Pablo Moreno: Adios princesa, te quiero!
No tenía muchas ganas de hablar con Pablo. El pensar que por mi culpa podía tener un serio problema me ponía mala. Se me fue la cabeza pensando en eso y, no sé como, llegué antes de lo que pensaba a casa. Subí y saludé a todos, era inevitable pensar que no tenían ni idea de nada. Me metí en mi habitación a llamar a Alba. Le conté exáctamente lo mismo que le había dicho a Marta, pero su reacción fue completamente distinta.
-María, cariño, ¿tu tienes fiebre o algo?
-Ah, pues si no me quieres creer no me creas, ¿quieres pruebas?
-Por supuesto, dame todas las que tengas.
Empezé a mandarle todas las fotos que nos hicimos la noche anterior en la playa.
-¿Contenta?
-Tia... Esto no es posible. Tú y Pablo... FLIPO.
-Jajajajajajajajaja, ¿te crees que yo no? Estoy en trance absoluto.
-Joder, que estas saliendo con nuestro mayor ídolo...
-Sí, cada vez que lo recuerdo me dan escalofríos.
-Ya me lo presentarás, ¿eh?
-Jajajajajaja, si hay oportunidad, no lo dudes.
-Jajajajaja, te tomo la palabra. Bueno cielo, tengo que colgar. Ya te llamaré, te echo de menos.
-Y yo a ti, cielo. Ya hablamos.
Colgué y en ese momento entró mi hermana en la habitación. Tenía una cara... extraña.
-Tengo que hablar contigo.
-Dime
-Voy al grano... ¿Eras tú la que le estaba dando un beso esta mañana a Pablo Alborán en la puerta de los apartamentos?
Ante esas palabras me quedé helada. Me había quedado fuera de juego, completamente. ¿Cómo narices me había visto? Agaché la cabeza, y mi hermana tomo eso como un sí.
-¡¡NO ME LO PUEDO CREEEEEEEEEEEEEEEEEEER!!-chilló mi hermana, pegando saltos de alegría- ¡¡ERES LA CHICA MÁS SUERTUDA QUE CONOZCO!!
-Vale, Ana, pero callate, de esto no se puede enterar nadie.
-Te juro que no voy a abrir la boca, ni por todo el oro del mundo.
-Más te vale... Oye, y ¿cómo nos viste?
-Fácil, no creas que fuiste la única que anoche salió...
-Jajajajaja. Pues esta tarde he quedado con Pablo, otra vez. Así que vete, que necesito tiempo para arreglarme.
-Ya me contarás, suertuda. Anda, que te vaya bien.
Ana salió y me planté en frente del armario. Sinceramente, no tenía ni idea de qué me pondría. Al final me decidí por un una camisa de cuadros rosas y unos pantalones azul eléctrico. Me arreglé completamente y me dieron las ocho menos cuarto. Salí con prisas, porque me quedaba un pequeño paseo hasta llegar a donde habíamos quedado. Cuando llegué no había nadie, así que fui a sentarme a las rocas. En el camino me encontré una botella con una carta dentro. La cogí y empecé a leerla.
"Mi querida princesa, María. Llevo... 48 horas contigo. ¿Sabes de que forma has cambiado mi vida en ese tiempo? Es como si hubiera pasado un huracán y se hubiera llevado todo lo que tenía antes de conocerte, lo bueno y lo malo. Has puesto patas arriba este mundo loco en el que vivo, me has hecho sentir cosas que, en casi 23 años que tengo, nunca había sentido. Sé que esto te puede sorprender, pues ni siquiera yo sabía que era capaz de enamorarme con tanta facilidad y rapidez. Has sacado lo mejor de mí, me has calado hasta el fondo del alma y ahora no sé concebir un futuro que no sea a tu lado. Me has abierto las puertas de la inspiración, has sacado mi parte más visceral y sincera, en serio que es muy fuerte esto que siento por ti. Espero algún día poder tenerte a mi lado hasta el día de mi muerte, pues sé que ahora no puede ser ya que, muy a mi pesar, aún faltan 3 meses hasta que cumplas los 18, 3 meses que no sé como voy a aguantar. Pero cuando pasen estos 3 meses yo voy a seguir a tu lado, pues el amor verdadero es el único de aguantar lo que le echen, de superar todas las pruebas que se le impongan, de esquivar cualquier obstáculo en el camino. Solamente tú me haces sonreir, solamente tú. Sin más, quiero decirte que te amo, que sería capaz de arrancarme el corazón y venderselo al diablo si gracias a ello puedes ser mía para siempre. Eres lo que más quiero en la vida. Pablo."
Doblé el papel y me lo guardé. No era capaz de contener las lágrimas. Dios mío, Pablo, Pablo Moreno, Pablo Alborán me había escrito esa carta a mí. No había escuchado palabras tan bonitas en mi vida. Entre los sonidos de las olas, pude oir unos pasos. Me dí la vuelta y le ví. Pablo. No pude contenerme, me lancé a sus brazos.
-Mi vida... Ahora mismo me siento como en una nube, nadie me había dedicado una carta así.
-Me alegro mucho de que te haya gustado, cielo. Después de escribirte eso, no sé que más decirte que ya no te haya dicho. Te amo, y no te voy a dejar sola en ningún momento.
Sonreí y besé a Pablo. Le besé con ganas, con amor, con pasión, le besé como si me fuera el último beso que le iba a dar. Y, en verdad, era posible que lo fuera porque, mientras nos besabamos, no eramos conscientes de lo que estaba pasando en ese momento, de lo que iba a suponer ese beso, ese beso que iba a ser tan problemático como precioso. Pues a veces una sola imagen puede hacerte la persona más feliz del mundo, pero tambien la más desgraciada.
martes, 1 de mayo de 2012
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